Al satisfacer las necesidades emocionales de un niño aumenta su confianza y resiliencia, y lo prepara para un futuro exitoso.
El satisfacer las necesidades físicas de su hijo suele ser fácil: proporción comida, agua, refugio, ropa y un lugar para ir al baño. Pero ¿qué pasa con las necesidades emocionales?
Las necesidades emocionales de su hijo no son tan fáciles de ver, y las formas en que los niños "le piden" que satisfaga sus necesidades emocionales pueden ser frustrantes. Si no sabe qué buscar, es posible que sus señales no sean percibidas.
Los niños en edad preescolar tienen las mismas necesidades emocionales que los niños mayores. (Y sorprendentemente, ¡igual que los adultos!) Las formas en que piden ayuda y cómo podemos conocerlos son exclusivos de su edad.
¿Cuáles son las necesidades emocionales?
Las necesidades emocionales son las que ayudan a que su pequeño desarrolle una vida emocional. Son parte del desarrollo emocional de su hijo. Al igual que aprender el alfabeto, los niños pequeños necesitan aprender sobre las emociones. El desarrollo emocional incluye:
- Identificando las emociones en sí mismos y en los demás.
- Aprender las diferentes maneras de mostrar las emociones y lo que es apropiado e inapropiado
- Cómo regular (calmarse) después de sentir emociones fuertes
Un desarrollo emocional saludable significa que su hijo ganará confianza y una alta autoestima. Esto también significa que su hijo tendrá mejores relaciones y será más resistente. Un desarrollo emocional saludable incluso tiene un impacto positivo en su desempeño académico [1]
Cuando se satisfacen las necesidades emocionales de un niño, la crianza es más fácil. Las rabietas y las luchas de poder a menudo se reducen a necesidades insatisfechas. Cuando aprendemos a satisfacer esas necesidades, el comportamiento de nuestros hijos mejora, ¡a veces de inmediato!
Las necesidades emocionales de un niño solo pueden satisfacerse a través de sus relaciones. Y las relaciones más importantes son las que tienen con la familia: sus padres y abuelos.
Entonces, ¿cómo puede satisfacer las necesidades emocionales de su hijo? A continuación hay cinco necesidades esenciales e ideas sobre cómo puede apoyarlas.
1. La seguridad
Los niños pequeños necesitan saber que su hogar es un lugar predecible y que hay alguien allí para protegerlos. Esto no solo significa mantener un entorno físico seguro. Su hijo también necesita límites para sentirse seguro, aunque se oponga a ellos.
Es frustrante cuando su hijo pone a prueba sus límites. Es una de las formas más rápidas de hacer que le hierva la sangre a usted. Pero no lo tomes como algo personal. Su hijo lo está poniendo a prueba: quiere saber que usted es más grande que sus tormentas emocionales. Su hijo necesita que lo mantenga a salvo incluso cuando protesta.
Otra forma de mantener los límites en su hogar es tener una rutina diaria constante. Su hijo sabrá qué esperar de su día, ayudándolo a sentirse seguro. Los niños se sienten ansiosos cuando su vida es incierta, ¡al igual que los adultos! Hacer lo mismo a la misma hora todos los días hace que la vida sea predecible y les da una sensación de seguridad.
Por último, la disciplina constante ayuda a los niños a sentirse seguros. Su niño quiere saber que usted hará lo que dijo que haría. Cuando sus acciones son consistentes con sus palabras, su hijo sabe que usted es una persona segura y predecible. Saben que pueden confiar en que usted cumplirá su palabra.
Disciplina no significa castigo, está relacionado con la palabra discípulo. De la misma manera que Dios nos guía suavemente como lo hace un pastor, debemos guiar el comportamiento de nuestro hijo con suavidad y firmeza para que haga lo correcto y lo bueno. Recuerde, Dios se preocupa por la postura de nuestros corazones. Es posible hacer lo correcto por la razón equivocada. Anime a su hijo a estar motivado por agradar a Jesucristo, no por agradar a los demás ni a sí mismo.
Satisfará las necesidades emocionales de su hijo al brindar seguridad a través de límites, rutinas y disciplina.
2. El respeto
El respeto es una necesidad emocional para todos en las relaciones. A veces los padres exigen respeto de sus hijos sin dárselo. En realidad, el respeto tiene que venir primero de los padres antes de que los niños puedan mostrar respeto.
Su hijo lo ve como su ejemplo: modele respeto mostrando amabilidad y justicia. Hable sin sarcasmo, gritos o menosprecio. Si pierde los estribos, pida perdón. Esto no hará que tus hijos te respeten menos. Les enseñará a hacer lo correcto cuando hayan lastimado a alguien.
Cristo lideró con el ejemplo: trató a los “más pequeños de estos” con amor y bondad. ¡Tratemos de seguir el ejemplo que nuestro Señor y Salvador nos dio!
Cuando los niños se sienten respetados, aprenden que son valiosos. El satisfacer esta necesidad emocional es la base para el respeto propio y la autoestima.
Una parte esencial del respeto es la autonomía. La autonomía es la capacidad de una persona para tomar sus propias decisiones. Los niños necesitan practicar la toma de decisiones. Les da una cantidad adecuada de poder, en lugar de tener luchas de poder contigo. Tomar sus propias decisiones ayuda a fomentar su independencia y confianza.
Siempre que pueda, permita que su hijo tome decisiones. Proporcione opciones limitadas aprobadas por los padres:
"¿Taza roja o taza azul?"
“¿Tenis o botas hoy?”
Respete su decisión, incluso si usted no tomaría esa decisión. Por supuesto que sabe lo que es práctico o lo más fácil, pero su hijo está en la escuela de la vida. Déjeles decidir algunas cosas a ellos.
Deje que su hijo aprenda a través de consecuencias naturales. Si eligieron usar sus botas en una calurosa tarde de julio, podrían decir: "Usar botas para ir al parque no fue la mejor idea, ¡tenía calor en los pies!". Practicar la autonomía es la mejor manera para que los niños desarrollen confianza en sí mismos.
3. La conexión
Otra necesidad emocional en las relaciones es la conexión. ¿Sabía usted que los niños a veces se portan mal porque necesitan conexión? Si usted está demasiado ocupado o distraído para conectarse con su hijo, es probable que se porte mal. La atención negativa es mejor que ninguna atención en absoluto.
En lugar de estar molesto por la forma en que su hijo pide conexión, intente empatizar. La conexión se construye cuando pasa tiempo con su hijo, aprendiendo quiénes son y qué les gusta.
Practique escuchar atentamente cuando hablen, involucrándolos en conversaciones o juegos, y demuéstreles que disfruta de su compañía. Esto los hace sentir vistos y amados.
También hay una capa más profunda para construir la conexión: la empatía.
Usted construye una conexión emocional profunda cuando toma la perspectiva de su hijo y demuestra que comprende sus emociones.
El mostrar empatía hace que su hijo se sienta seguro para compartir sus verdaderos sentimientos con usted.
La empatía también es un antídoto contra las rabietas. Su hijo quiere que lo vean y lo escuchen, pero no es lo suficientemente maduro para decírselo.
A menudo, nuestra primera respuesta a una rabieta es enojo o molestia, especialmente si la rabieta es por algo que parece una tontería. Si bien a nosotros nos parece una tontería, a ellos les desgarra el corazón: todavía no entienden la vida como nosotros. Cuando intentamos corregirlos de inmediato o hacerles saber que reaccionaron de forma exagerada, perdemos la oportunidad de conectarnos.
En cambio, nombre los sentimientos de su hijo y ofrezca empatía. ¿Se siente su hijo decepcionado, frustrado o que algo fue injusto? Esos son sentimientos grandes, incluso para los adultos. Ayude a su hijo a identificar lo que siente haciéndole preguntas sin prejuicios.
“¿Te sientes decepcionado porque tu juguete se rompió? ¿Es por eso que lo tiraste?”
“¿Te sientes excluido porque tu hermana no quiere jugar contigo? ¿Eso se siente como si ella no te amara? ¿Es por eso que la golpeaste?”
Muéstreles compasión con sus palabras y acciones. Ofrezca un abrazo o palmaditas en la espalda y mantenga la calma hasta que se calme su hijo.
“Es difícil cuando las cosas no salen como uno quiere”.
“No se siente bien quedarse afuera. Entiendo por qué sientes eso”.
Luego, explique por qué la respuesta de su hijo fue inapropiada y ofrézcale una forma diferente de responder la próxima vez. Pídales que arreglen su error si cometieron un error o lastimaron a alguien.
“No tiramos comida, incluso cuando estamos decepcionados. Por favor, recójela y limpia el piso. ¿Qué podemos intentar la próxima vez, para que no se rompa?”
“No golpeamos a los demás, incluso cuando nuestros sentimientos están heridos. Traigamos a tu hermana un poco de hielo y puedes decirle cómo te sientes. ¿Qué podrías decirle para hacerle saber que estás triste porque la lastimaste?”
Estarán más dispuestos a corregir sus errores e intentar una nueva respuesta, todo gracias a la empatía que usted le ha mostrado.
4. La pertenencia
Los niños necesitan saber que son parte de algo más grande que ellos mismos. El primer lugar donde experimentan esto es en su familia.
Un sentido de pertenencia no ocurre automáticamente en una familia. Los niños necesitan saber que tienen un lugar en esa familia. Que lo que hacen importa. Que sus sentimientos y opiniones sean valorados. Cuando un niño siente que su familia no sería lo mismo sin él, se siente importante.
Aquí hay algunas formas en que puede crear un sentido de pertenencia para su hijo en edad preescolar:
- Dele a su hijo responsabilidades apropiadas para su edad. Enséñeles a regar las plantas, alimentar a las mascotas, elegir su propia ropa o ayudar a poner la mesa. A los niños pequeños les encanta ser útiles.
- Pida la opinión de su hijo. Durante la conversación a la hora de la cena, pídales sus pensamientos y opiniones. Deje que decidan cosas pequeñas, como qué parque visitar o en qué orden hacer las tareas del hogar. when they show good character.
- Motívelos. Cuando su hijo muestre compasión por un hermano o gratitud por la ayuda, ¡dígale lo que ve! Hágale saber a su hijo lo que ve en ellos y muéstreles cómo eso es esencial para la familia.
Eventualmente, queremos que nuestros hijos sean parte de la Familia de Dios. Si su hijo sabe cuál es su lugar en su familia, sabrá cómo trasladar sus dones al reino de Dios.
5. El amor incondicional
Los niños necesitan saber que son amados y aceptados pase lo que pase.
Los niños construyen su comprensión del amor de Dios basándose en el amor que reciben de sus padres. [2] Aunque no podemos amar tan perfectamente como lo hace Dios, podemos elegir mostrar amor incondicional frente a nuestra propia decepción y frustración.
No le guarde rencor ni le quite el cariño a un niño cuando se porta mal. Algunos padres piensan que esto les enseñará a los niños un mejor comportamiento, pero solo crea miedo emocional e incertidumbre.
En cambio, concéntrese en sus acciones mientras usted desarrolla quiénes ellos son. ¿Puede notar la diferencia entre los siguientes ejemplos?
“Natalia, tus palabras son hirientes y poco amables. Sé que eso no es lo que realmente eres. ¿Cómo puedes hacer las cosas bien siendo amable con tu hermana? ¿Qué puedes hacerle o decirle?”
“Natalia, eres tan grosera. ¡Deja de ser mala con tu hermana!
Uno ejemplo se enfoca en las acciones sin dejar de afirmar el carácter del niño. El otro usa etiquetas para avergonzar a la niña, haciéndola creer que es una persona hiriente porque dijo algo hiriente. Esta etiqueta se convertirá en parte de su identidad cuando, más bien, deberíamos estar enseñando que no estamos definidos por nuestro pecado sino por quién Dios nos ha creado.
Permita que su hijo crezca y se convierta en lo que debe ser, no en lo que usted quiere o espera que sea. A veces, nuestras expectativas y sueños futuros pueden impedirnos ver a nuestro hijo por lo que realmente es.
Dios ya nos da amor incondicional a través de lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Podemos pedir Su ayuda para mostrarles a nuestros hijos ese mismo amor y saber que estamos satisfaciendo una necesidad emocional fundamental.
El punto esencial
No siempre es fácil satisfacer las necesidades emocionales de un niño. La buena noticia es que usted no tiene que ser perfecto. Ore para que Dios le ayude. Cuando cometa un error o peque, pídale perdón a su hijo y a Dios. Luego pídale a Dios que traiga sanidad a las emociones de su hijo y restauración a la relación entre ustedes. ¡Dios se especializa en sanar y restaurar relaciones!
Su hijo no quiere que usted sea perfecto, solo quiere que esté presente y lo vea.
Asegúrese de que su hijo se sienta seguro con los límites y las rutinas. Respete las elecciones de su hijo y ayúdelo a aprender de sus errores. Muéstrele a su pequeño que lo ve y que se preocupa por sus pensamientos y sentimientos.
Hágalo parte de las decisiones familiares y déle responsabilidad. Hágales saber que está de su lado mostrándoles amor incondicional durante los momentos fáciles y difíciles.
Cuando haga estas cosas, preparará a su hijo para el éxito futuro y satisfará sus necesidades emocionales.
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[1] https://selfsufficientkids.com/emotional-needs-of-a-child/